¿El idioma cambia la manera de pensar?
¿A veces te sientes más introvertido o más expresivo dependiendo del idioma que hables?
Actualmente se conocen unas 7000 lenguas vivas entre las cuales se puede ver claramente que la forma de pensar de una persona está influenciada por su idioma.
Por eso, podemos dar el ejemplo de algunos idiomas que no tienen palabras para las direcciones como nosotros tenemos: derecha e izquierda. Se trata de la comunidad de Pormpuraaw en Australia que usa las palabras “norte”, “este”, “sur” y “oeste” para las direcciones.
Ya que estamos en las direcciones, se puede dar el ejemplo del Hebreu o Arabe que se leen de la derecha a la izquierda, como leería una persona de la comunidad de Pormpuraaw? De este a oeste por supuesto.
La influencia del idioma en la forma de pensar
¿Qué pensáis del idioma “Newspeak” en 1984 de George Orwell? Recuerden que este idioma no tiene ninguna referencia a la libertad individual. Asi, no habra ninguna rebelion.
Otros idiomas no tienen la percepción del tiempo como la tenemos. El futuro sería el pasado y el pasado el futuro. ¿por qué no? Así es en el idioma de los Aymara. Viven en los Andes. En mandarin, tienen una percepción del tiempo vertical y no horizontal.
Muchos ejemplos se pueden dar para suponer que el idioma puede influir en nuestra manera de reflexionar.
En 2015, un equipo universitario británico hizo una análisis en Psychological Science sobre las actitudes y acciones de tres grupos de personas:
- un grupo con personas bilingües inglés-alemán,
- el segundo grupo con personas que solo hablaban inglés,
- el tercer grupo por personas que solo hablaban alemán.
Se trataba de pedir a los tres grupos de personas de describir vídeos de personas en movimiento. En estos videos estaba una mujer caminando hacia un coche y un hombre en bicicleta en un supermercado.
Los alemanes veían: «una mujer que camina hacia su coche para irse» o «un hombre que rueda en bicicleta para salir del supermercado. » Los alemanes se focalizan sobre la finalidad de la acción, es decir la razón por la que el personaje realiza la acción.
Los británicos, ellos, dijeron que veían: «una mujer que camina» o «un hombre en bicicleta. » Podemos decir que los anglófonos están más orientados a la acción que tiene lugar en un momento determinado.
En cuanto a los bilingües, cuando los nativos alemanes pasaban la prueba en Alemania usando el inglés, reaccionaban como alemanes que solo sabían hablar el alemán.
Por el contrario, cuando estos mismos alemanes eran interrogados en Gran Bretaña utilizando el inglés, entonces reaccionaban como británicos. Con este estudio, se ha demostrado que la lengua hablada, materna o no, influye en nuestra visión del mundo.
La afirmación de que cambiar de idioma es cambiar su manera de pensar es cierta en cierto sentido. El idioma que hablamos influye en la forma en que percibimos el mundo y en la forma en que pensamos sobre él. O también podría ser el contrario; tal vez nuestra percepción del mundo influye en nuestro idioma. El debate, nunca ha dado una respuesta.
El periodista científico, David Robson, en su artículo en The Guardian dijo: “Este fenómeno se conoce como ‘efecto idioma extranjero’, y sus beneficios pueden ser una inspiración para cualquier persona que desee enriquecer su mente con palabras de otro idioma”. Este efecto idioma extranjero se produce por la gimnástica de nuestro cerebro cuando cambian de idioma, pero no por el hecho de pensar en la traducción de una palabra.
El castellano, el francés y el italiano obligan a pensar en la diferencias de géneros en las palabras, mientras que el inglés es neutro y entonces no obliga a centrarse en ello. Así una persona que habla español, francés o italiano deberá pensar en una o otra palabra con un determinado género y eso incluso cuando habla otro idioma en este momento. Por eso, podemos decir que cambiar de idioma influye en nuestra manera de pensar.
Cambiar de idioma puede cambiar su manera de pensar y así de manera general:
- Puede ampliar su perspectiva: al aprender un nuevo idioma, se expone a nuevas ideas y conceptos. Esto puede ayudarlo a ver el mundo desde una perspectiva diferente. Simplifica las negociaciones al tener más de una perspectiva y percibir los diferentes lados de un argumento.
- Puede mejorar su creatividad: el aprendizaje de un nuevo idioma puede estimular su pensamiento creativo. Esto se debe a que debe encontrar nuevas formas de expresar sus ideas en un idioma que no es el suyo.
- Puede mejorar su resolución de problemas: el aprendizaje de un nuevo idioma puede ayudarlo a desarrollar su capacidad de resolución de problemas. Esto se debe a que debe encontrar nuevas formas de traducir ideas de un idioma a otro.
Mas específicamente el cambio de idioma conlleva:
- Menos miedo al riesgo: Boaz Keysar (profesor de la universidad de Chicago) notó que la gente que piensa en otro idioma que su idioma maternal sería menos temerosa y asumiría más riesgos.
- Menos «efecto de encuadre»: damos más importancia al contenido de un mensaje que a su formulación a la hora de hablar un idioma extranjero,
- Más humildes: la gente estaría menos arrogante en un idioma extranjero ya que se da cuenta de sus errores o por lo menos reconoce que hace errores,
- Menos angustia por los traumas del pasado: el hecho de recordar cosas en un idioma distinto del idioma en el cual pasaron genera una cierta distancia que hace que serán menos dolorosos,
- Más tolerancia a la incertidumbre: según Silvia Purpuri, de la Universidad de Trento, en Italia, el recurso a una lengua extranjera permite contemplar más serenamente la incertidumbre y ser más creativo. «Aquellos que tienen altos niveles de tolerancia a la incertidumbre muestran más flexibilidad y adaptabilidad, lo que conduce a un entorno de trabajo más armonioso y un mejor rendimiento global», explica la investigadora.
Por supuesto, el idioma no es el único factor que influye en nuestra forma de pensar. Nuestros valores, creencias y experiencias también juegan un papel importante. Sin embargo, el idioma es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a ver el mundo de una manera nueva y diferente.
Cambiar de idioma puede ser una experiencia transformadora. Puede ayudar a pensar de manera más crítica, creativa y abierta.
¿Te atreves a estudiar más idiomas y así pensar de otra forma ?
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